Si eres un procrastinador, sabrás lo difícil que es centrarse en la tarea que tienes entre manos. Incluso habrá días que sientas que has hecho todo lo posible menos lo que se suponía que debías hacer... La procrastinación puede ser muy perjudicial, sobre todo cuando se quiere ser productivo. Aun así, hay varias formas de procrastinar y algunas de ellas te permiten hacer mucho más de lo que harías normalmente. Si quieres saber cómo, has venido al sitio adecuado. ¡haz clic para descubrirlo!
El término "procrastinación productiva" hace referencia a la acción de hacer algo beneficioso para así posponer otra obligación más importante.
Un ejemplo de esto sería un estudiante que decide hacer los deberes en vez de estudiar para un examen que está a la vuelta de la esquina y que es más importante.
En ciertas circunstancias, la procrastinación productiva puede ser beneficiosa (aunque siempre es mejor no posponer las tareas).
Sin embargo, la procrastinación productiva también tiene su lado negativo cuando no se aplica correctamente. Por esa razón, es importante que aprendas a utilizarla como es debido.
Antes de empezar, echemos un vistazo a los pros y los contras de la procrastinación productiva.
En primer lugar, la procrastinación productiva suele ser mejor que la improductiva, ya que al menos haces algo.
Por ejemplo, trabajar en un proyecto que no sea el que tienes que entregar próximamente sigue siendo más productivo que pasarse el día en las redes sociales.
Otro beneficio de la procrastinación productiva es que puede motivarte a ponerte con tareas que de otra forma ignorarías.
De hecho, puede que logres "engañarte" a ti mismo para completar una tarea tediosa si añades una aún más aburrida a tu lista de quehaceres.
Sin embargo, si la aplicas mal, la procrastinación productiva puede empeorar los problemas provocados por la procrastinación habitual.
Por ejemplo, las personas que posponen tareas importantes acaban estresándose, por lo que procrastinar puede empeorar la situación independientemente de si se hace de forma productiva o no.
Asimismo, la procrastinación productiva a veces puede hacer que las personas pospongan las tareas importantes más de la cuenta.
Aprovechar los momentos de productividad para seguir procrastinando también puede resultar en no entregar un proyecto importante a tiempo.
Asimismo, quienes procrastinan de forma productiva cuando deberían descansar pueden acabar agotados.
Como resultado, puede que nunca lleguen a ponerse con las tareas pendientes, una situación que nunca habría ocurrido si hubiesen hecho pausas en vez de procrastinar de forma productiva.
Por último, procrastinar de forma productiva puede aportar una falsa sensación de seguridad y llevar a las personas a creer que procrastinar en general no es un problema.
Si te estás planteando integrar la procrastinación productiva en tu rutina, es importante que primero sopeses los pros y los contras de tu situación particular.
Sobre todo deberías plantearte cuánto vas avanzar gracias a la procrastinación productiva, es decir, cuánto crees que vas a lograr hacer y si te servirá de motivación o no.
También deberías reflexionar acerca de las consecuencias negativas que la procrastinación productiva pueda tener en tu rutina actual.
En general, la procrastinación productiva solo es buena idea si los beneficios superan a las desventajas. De lo contrario, lo mejor es no contemplar la procrastinación en general.
Si decides aplicar la procrastinación productiva, hay ciertas técnicas que puedes seguir para garantizar que sea algo beneficioso.
En primer lugar, haz tareas significativas. Cuando decidas cuáles, escribe una lista física de quehaceres beneficiosos y otra de cosas pendientes que no te aporten nada.
Lo siguiente es estructurar las tareas de forma que consigas alcanzar tus objetivos. Como decíamos antes, puedes "engañarte" a ti mismo para así completar ciertas obligaciones.
Para hacer esto, empieza por programar una tarea que parezca urgente pero que en realidad no sea tan importante. Después, aprovecha la motivación de posponerla para ir tachando otras obligaciones de la lista.
Para evitar las consecuencias negativas, es importante que traces una estrategia que te permita encargarte de la mayoría de tareas importantes.
Por ejemplo, si necesitas acabar una tarea determinada en un plazo concreto, podrías pedirle a alguien que te lo recuerde.
También es importante que minimices cualquier otro efecto negativo de la procrastinación (p. ej. el estrés).
Si ves que te sigue preocupando la tarea principal que andas posponiendo, prueba técnicas de antiprocrastinación como la conciencia plena.
Por último (pero no por ello menos importante), recuerda que a veces hacer una pausa es mejor que procrastinar de manera productiva.
Si estás demasiado cansado como para ocuparte de la tarea principal, piensa que puede ser más beneficioso descansar en condiciones que obligarte a ser productivo.
Fuentes: (Solving Procrastination)
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