Hay pocas cosas más complicadas que entretener a un niño que está aburrido. En días de cuarentena, cuando parece que ya no hay nada más que hacer, aún podemos sacarnos de la chistera una serie de experimentos científicos que tan solo requieren de imaginación y de ingredientes que todos guardamos en la despensa.
¿Listos para pasarlo bien en familia? ¡Haz clic para descubrir los experimentos científicos sencillos que puedes hacer en casa!
Aprende sobre el proceso de cristalización creando azúcar piedra en un vaso. Para ello deberás disolver tres tazas de azúcar en una taza de agua mientras lo calientas todo al fuego. Luego, vierte la mezcla en una taza limpia e inserta una brocheta (evita que toque el fondo de la taza) y espera. ¡Listo!
Existen decenas de alimentos que puedes cultivar en casa. Por ejemplo, ¡puedes cultivar una judía en un vaso transparente y verla germinar!
Pega con cinta adhesiva dos botellas de plástico, cuello con cuello. La parte inferior debe estar llena de agua y la parte superior vacía. Una vez completado el primer paso solo debes girar rápidamente las botellas mientras les das la vuelta. A medida que el agua fluye hacia abajo, el aire debe fluir hacia arriba, por lo que se crea un curioso tornado en espiral.
¡Mantened la distancia y disfrutad de la explosión!
Este fluido no newtoniano debe su nombre a un libro del Doctor Seuss, Theater Oobleck, y actúa como un líquido cuando se vierte, pero como un objeto sólido cuando se le aplica fuerza. Para crearlo solo necesitarás un vaso de agua, poco menos de dos vasos de almidón de maíz y algo de colorante de tu elección.
Agregar azúcar al líquido lo hace más denso. Separa vasos de agua con diferentes cantidades de azúcar y vierte diferentes colorantes en ellos. Luego, todo lo que tienes que hacer es verter esos vasos de agua por orden en una copa transparente. ¡Los niños alucinarán con estas capas!
Usa zumo de limón para escribir mensajes de tinta invisible. Para entender lo que pone solo tendrás que acercar el papel a una fuente de calor.
Este experimento se basa en la reacción química que se produce al mezclar soda con vinagre. ¡Disfrutad de la lava y las burbujas!
Pon algo de hielo y sal en una bolsa de plástico grande y con cierre. Luego, coloca una bolsa más pequeña con crema y azúcar en su interior y agite con fuerza durante unos siete minutos. Recuerda usar guantes para sostener la bolsa, pues estará bastante fría. ¡Ya está listo el helado!
Haz un avión de papel y hazlo volar. Luego, recógelo y altera la forma de sus alas para ver cómo cambia la trayectoria.
Veamos cuál es el más fuerte: deja un osito de gominola en una taza de agua, otro en una taza de agua salada y otro en una taza de agua salada con vinagre. ¿Cuál crecerá más?
Coloca un poco de dulce efervescente, como el que vemos en la fotografía, en una botella de refresco con gas y cúbrela rápidamente (por la boquilla) con un globo. ¡Observa cómo se hincha!
Que el huevo flote o se hunda dependerá de si le colocas sal al agua o no.
¡Convierte la leche en un material parecido al plástico! Para ello debes verter una taza de leche en una sartén y calentarla, agregando luego una cucharada de vinagre. El vinagre hará que la cuajada se separe rápidamente del suero. El ácido del vinagre provoca que las hebras de proteínas en la leche se coagulen y así obtenemos una especie de plástico.
Haz que tu familia se coloque una venda en los ojos y que se tape la nariz. Luego, coloca diferentes clases de comida en su boca y comprueba si las distinguen. Por cierto, esta es la oportunidad perfecta para que tus hijos prueben el pimiento.
Todos sabemos que pelar los huevos puede llegar a ser una tarea muy difícil. ¡Pero puedes sumergirlos en vinagre para que se disuelva la cáscara!
Esta masilla no pegajosa, muy satisfactoria al tacto, está compuesta de almidón de maíz y jabón para platos.
Coloca varios vasos de agua en línea y rellénalos de diferentes cantidades de agua. ¡Hora de tocar la percusión!
Mezcla un cuarto de taza de agua con un cuarto de taza de pegamento escolar blanco y media cucharada de sal de boro disuelta en media taza de agua. Da unas vueltas y espera hasta que la mezcla obtenga la consistencia pegajosa adecuada.
Haz algo de ejercicio mientras agitas un frasco medio lleno de crema espesa. Elimina los sólidos que eventualmente se formarán en la crema y vierte un poco de agua fría sobre la mantequilla recién hecha, usando tus manos para darle forma.
Rocía un poco de pimienta sobre un plato lleno de agua. Luego, sumerge un palillo en un poco de jabón para platos y toca con el extremo del mismo el centro del plato lleno de agua y pimienta. ¡Disfruta!
¿Quieres fabricar un motor de cohete? Todo lo que necesitarás hacer es mezclar levadura y peróxido de hidrógeno en un frasco para crear oxígeno puro. Luego, deberás canalizarlo a través de un trozo de pasta seca fijado en la tapa del frasco. Por último, prende fuego al trozo de pasta y tendrás el cohete listo.
Por lo general, el agua no purificada tiene partículas que permiten que se forme el hielo, ya que este necesita de un núcleo para formar los cristales sólidos. No obstante, el agua purificada puede alcanzar una temperatura mucho más fría antes de solidificarse. Si metes agua purificada en el congelador durante unas horas y luego la sacas y la viertes lentamente sobre un trozo de hielo (hecho de agua común), le estarás ofreciendo un núcleo y conseguirás que se congele en el acto.
Frota un globo sobre tu cabellera y luego sostenlo junto a un chorro de agua de poca potencia. ¡Observa cómo se mueve el agua!
Lo que verás recibe el nombre de efecto Leidenfrost, un fenómeno en el que un líquido expuesto a una superficie significativamente más caliente que su punto de ebullición produce una capa de vapor aislante que evita que el líquido hierva rápidamente y, en cambio, lo hace correr alrededor de la sartén.
Enciende una vela pequeña y colócala en un plato de agua. Luego, pon un frasco sobre la vela y espera. ¡Verás que el nivel del agua sube en el frasco porque el aire del interior se contrae!
Vierte un poco de aceite vegetal en una taza de agua transparente (puedes adicionar un poco de colorante alimentario) y luego espolvorea un poco de sal sobre la capa de aceite. El aceite es más ligero que el agua, pero no así la sal que se hundirá y se llevará un poco de aceite consigo. Luego, la sal se disolverá y el aceite volverá a flotar.
Vierte aceite sobre una pequeña cantidad de agua con colorante alimentario. Luego desmenuza una aspirina y observa cómo reacciona con el agua del fondo del vaso, haciendo que las gotas de colores se eleven hacia la parte superior del recipiente, en donde reventarán para liberar aire y hundirse de nuevo.
Enseña ciencia a tus hijos con estos sencillos experimentos
¡Diversión para toda la familia!
ESTILO DE VIDA Educación
Hay pocas cosas más complicadas que entretener a un niño que está aburrido. En días de cuarentena, cuando parece que ya no hay nada más que hacer, aún podemos sacarnos de la chistera una serie de experimentos científicos que tan solo requieren de imaginación y de ingredientes que todos guardamos en la despensa.
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