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Signos y síntomas -

Los signos de mala circulación suelen aparecer en los brazos y en las piernas. Estos son algunos: punzadas, escozor, adormecimiento, hormigueo, calambres, dolor, hinchazón.

Además, puedes tener las manos o los pies fríos. Si eres de piel clara, tus piernas podrían lucir azuladas. También podrías tener la piel seca, el cabello debilitado y las uñas quebradizas.

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Controla el colesterol - Para disfrutar de buena circulación, tus venas y arterias deben estar sanas. Sin embargo, si los niveles de colesterol son demasiado altos o demasiado bajos, los vasos sanguíneos podrían dañarse o bloquearse.

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Controla la presión sanguínea -

La presión sanguínea alta puede causar arteriosclerosis, una enfermedad que endurece las arterias y limita el flujo sanguíneo.

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Mantente hidratado/a -

Casi la mitad de la sangre es agua, así que necesitas hidratarte para que circule bien. Intenta beber ocho vasos por día.

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Evita el tabaco -

La nicotina daña las paredes de las arterias y engruesa tanto la sangre que circula con dificultad y podría coagularse.

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Reduce la ingesta de grasas saturadas -

Encontramos grasas saturadas sobre todo en la carne roja, en el pollo, el queso y otros alimentos de origen animal.

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No estés sentado durante largos períodos de tiempo -

Muchos estudios han demostrado que estar sentados durante largos períodos de tiempo daña nuestra circulación y nuestros músculos, e incluso disminuye nuestra esperanza de vida. Plantéate hacerte con un escritorio para trabajar de pie o haz descansos frecuentes para levantarte.

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Descruza las piernas -

Esta posición tan común corta la circulación en las piernas, dificultando el paso de la sangre hacia el tejido de las extremidades. Acostúmbrate a sentarte con las piernas descruzadas o levemente elevadas.

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Mantén un peso saludable -

Así mantendrás una buena circulación y tus arterias estarán limpias.

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Camina - Además de ser un buen ejercicio y una forma de liberar estrés, al caminar contraemos y relajamos los músculos y, como consecuencia, ayudamos a que la sangre llegue a todas las zonas del cuerpo.

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Gestiona el estrés -

Con el estrés, los vasos sanguíneos se estrechan, así que es vital aprender a gestionar el estrés para mejorar la circulación.

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Haz ejercicio cardiovascular - Actividades como correr, ir en bicicleta y nadar aumentan el flujo sanguíneo, fortalecen el corazón, disminuyen la presión sanguínea y mejoran la circulación.

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Haz ejercicio cardiovascular - Los ejercicios cardiovasculares mejoran la capacidad del cuerpo de absorber y usar el oxígeno. Asimismo, los vasos sanguíneos se dilatan con más facilidad, lo cual les ayuda a funcionar de una forma más eficiente.

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Practica yoga -

El yoga es una alternativa al cardio de bajo impacto porque las torsiones y los estiramientos ayudan a llevar oxígeno a las células y a enviar sangre a los órganos.

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Practica yoga -

La postura del perro boca abajo es un gran ejercicio porque ponemos las caderas y el corazón por encima de la cabeza, permitiendo que la gravedad aumente el flujo sanguíneo que va a la cabeza.

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Pon las piernas en la pared -

Cuando se te hinchen los tobillos o los pies, prueba a hacer alguna postura de yoga que consista en elevar las piernas o ponerlas contra la pared, como la viparita karani.

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Agáchate -

Las sentadillas son una forma fantástica de hacer que la sangre llegue a los principales músculos de tu cuerpo.

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Opta por un masaje -

Los masajes no solo son buenos para gestionar el estrés, sino que también ayudan a la circulación. Cuando los músculos se trabajan de la forma apropiada, liberan ácido láctico y mejora la circulación de líquido linfático, que ayuda a aliviar tensiones y molestias musculares.

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Medias de compresión -

Las medias de compresión aprietan las piernas para que la sangre no se quede en esas zonas demasiado tiempo. Pregúntale a tu médico si es una buena opción para ti y cuál es la presión más adecuada.

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Bebe té - Los antioxidantes del té promueven la salud cardiovascular y el calor puede proporcionar una mejora temporal de la circulación, al dilatar las arterias y las venas.

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Date un buen baño caliente -

El mismo concepto se aplica aquí. Es una solución temporal, pero un buen baño es una forma fantástica de ayudar a tu circulación.

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Tómate suficiente Omega-3 -

Los ácidos grasos Omega-3 de pescados como el salmón, el atún o las sardinas promueven la salud cardiovascular y mejoran la circulación. Los vegetarianos y veganos pueden tomar suplementos.

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Toma suficiente hierro - El hierro es un mineral esencial para el sistema circulatorio, ya que es necesario para producir hemoglobina, uno de los mayores componentes de la sangre, que transporta el oxígeno. Al comer alimentos ricos en hierro o tomar suplementos de hierro podemos mejorar nuestra circulación.

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Come más vegetales y menos carne - Te ayudará a mantener un peso saludable y las arterias limpias.

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Pon un toque de picante en tu vida - La pimienta de cayena tiene un componente llamado capsaicina, que puede ayudar a tus arterias en su funcionamiento y relajar los músculos para que la sangre pueda fluir mejor.

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Alimentos ricos en nitrato -

Se encuentra en alimentos como la remolacha, el ajo, la granada y las espinacas, y ayuda a agrandar los vasos sanguíneos y a crear más espacio para que la sangre circule.

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Cepíllate el cuerpo -

Hazte con un cepillo corporal con cerdas duras y cepíllate la piel en seco, desde la cabeza hasta los dedos de los pies, con movimientos largos en los brazos y las piernas. Intenta adquirir el hábito de hacerlo antes de ducharte.

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Consulta a un médico -

Un médico puede ayudarte a dar con la raíz del problema y sugerir algún tratamiento personalizado.

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