Si entras en una iglesia, independientemente de su confesión, oirás algún tipo de música.
Ya sea un coro, una banda o un solista, las melodías religiosas son una forma de alabar a Dios. Por lo tanto, forman parte del acto de adorarlo.
Efesios 5:19 hace hincapié en que las canciones son una forma de alabanza a Dios: "Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor".
Esto es algo que también se repite en el Salmo 105:2: "Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas".
En 1 Corintios 10:31 se nos dice lo siguiente: "Así pues, ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios". Por lo tanto, esto incluye la música que tocamos y escuchamos.
Según la Biblia, se pueden utilizar varios instrumentos musicales para alabar a Dios: "Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras; alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas; alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes". (Salmo 150:3-5).
El arpa es un instrumento con especial importancia en la Biblia, ya que el rey David de Israel era conocido por su destreza a la hora de tocarlo.
"David y toda la casa de Israel bailaban ante el Señor con instrumentos de ciprés, cítaras, arpas, tambores, sistros y címbalos (2 Samuel 6:5).
"David mandó a los jefes de los levitas emplazar a los cantores de sus familias con instrumentos musicales —arpas, cítaras y platillos— para que los hiciesen resonar, alzando la voz con júbilo" (1 Crónicas 15:16).
Que la música esté presente en nuestras vidas es una forma de alabar siempre a Dios: "Cantaré al Señor, tocaré para mi Dios mientras exista" (Salmo 104:33).
En el Salmo 40:4 leemos lo siguiente: "Me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios".
"Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva" (Salmo 95:1).
Según Colosenses 3:16, la palabra de Cristo puede inspirar canciones de alabanza: "La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados".
La música también puede servir para expresar gratitud por Dios y su obra: "Trompeteros y cantores entonaron al unísono la alabanza y la acción de gracias al Señor; cuando ellos elevaban la voz —al son de trompetas, platillos y de instrumentos musicales para alabar al Señor «porque es bueno, porque es eterna su misericordia»—, una nube llenó el templo, el templo del Señor" (2 Crónicas 5:13).
La música también lleva siglos utilizándose para celebrar victorias, incluido el triunfo de Dios. Según Éxodo 15:1, Moisés entonó una canción de victoria.
"Entonces Moisés y los hijos de Israel entonaron este canto al Señor: «Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar".
En 1 Corintios 14:26, leemos que la música es capaz de edificar a los demás: "Entonces, ¿qué, hermanos? Cuando os reunís, uno tiene un salmo, otro tiene una enseñanza, otro tiene una revelación, otro tiene don de lenguas, otro tiene una interpretación: hágase todo para edificación".
El regreso del hijo pródigo se celebró con música, por lo que sabemos que esta sirve para exaltar la alegría: "Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza" (Lucas 15:25).
La música puede darnos ánimos cuando atravesamos momentos difíciles: "A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los presos los escuchaban" (Hechos de los apóstoles 16:25).
La música es una herramienta poderosa capaz de elevarnos como lo hizo con Saúl: "Y cuando venía el espíritu de Dios sobre Saúl, cogía David la cítara y tañía con su mano. Saúl se calmaba, quedaba tranquilo y el mal espíritu se retiraba de él" (1 Samuel 16:23).
En Santiago 5:13 leemos lo siguiente: "¿Está sufriendo alguno de vosotros? Rece. ¿Está contento? Cante".
Sin embargo, a pesar de las muchas virtudes de la música, algunos pasajes bíblicos nos advierten de que el diablo también la puede utilizar para sus fines.
Se dice que Nabucodonosor II, rey de Babilonia, utilizó la música para convencer a su pueblo de venerar su imagen en vez de a Dios.
La historia se narra en detalle en Daniel 3:15: "Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua que he hecho, hacedlo"
"Pero, si no la adoráis, seréis arrojados inmediatamente al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?".
Sin embargo, la Biblia nos advierte de no hacer caso a los necios: "Más vale reprensión de sabio que escuchar copla de necio" (Eclesiastés 7:5).
También hay música que puede alejarnos de Dios, tal y como leemos en Isaías 5:11-12: "¡Ay de los que madrugan, en busca de licores, y alargan el crepúsculo, encendidos por el vino, con cítaras y arpas, panderetas y flautas, y vino en sus festines, pero no consideran la acción del Señor, ni tienen en cuenta la obra de sus manos!".
En última instancia, debemos entender la música que escuchamos: "¿Entonces qué? Oraré con el espíritu, pero oraré también con la mente; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con la mente" (1 Corintios 14:15).
Fuentes: (Equation of Hope)
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¿Nos acerca la música a Dios o nos aleja de él? Explora las sagradas escrituras
Un análisis bíblico
MÚSICA Religión
La música es una de las formas más antiguas de arte que existen. Se ha utilizado en contextos religiosos durante miles de años como una herramienta de adoración a Dios. Si entras en una iglesia, lo más probable es que escuches música de fondo. ¿Pero qué dice la Biblia al respecto? Las sagradas escrituras mencionan muchas canciones, ¿pero qué revelan sobre la música en general? En esta galería encontrarás la respuesta. ¡Haz clic para seguir leyendo!